Afrodita en la Escultura Griega

Dédalo “abrió los ojos y separó las piernas”

Antiguo dicho

« Afrodita Venus en la escultura clásica , de la antigua Grecia y Roma », por Pablo Outón

ÍNDICE

Estudio histórico artístico sobre la figura de AFRODITA / VENUS y el desnudo en la escultura de bulto redondo y escultura exenta de la antigua Grecia, con énfasis en época Clásica y Helenística .

ÍNDICE

Afrodita en el arte antiguo grecorromano

INTRODUCCIÓN a Afrodita, diosa del Amor indoeuropea

Mito y deidad

Ἀφροδίτη o Afrodita, la diosa del Amor y la Belleza de los griegos, se identifica en otras regiones como Inanna en la mitología sumeria, Astarté en la fenicia (Afr. Euploia o «de la feliz navegación»), Turan en la etrusca y Venus en la romana. Los primeros que establecieron su culto fueron los asirios, y tras ellos los pafosianos de Chipre (devotos de Pafos, hija del rey escultor Pigmalión y su creación Galatea) y los fenicios que vivían en Ascalón (Palestina), quienes enseñaron su culto a los habitantes de Citera ya en las Islas Jónicas griegas. (Pausanias i.14.7).

Existen dos fuentes en la tradición griega: según la más antigua es hija del sexo amputado de Urano en el cabo Drépano (Corfú) y es llamada Afroditas Urania o ‘celestial’, la diosa del ‘Amor Puro’, eterno e ideal. Nace ya adulta, de la espuma de las olas, núbil e infinitamente deseable y es llevada de Citera a Chipre. Es iconográficamente conocida como «Venus Anadiómena» (Venus saliendo del mar). De su unión con Hermes tendría al Eros original.

En la otra tradición es hija de Zeus y Dione, es la Afrodita Pandemos o ‘común al pueblo’, diosa del ‘Amor Carnal’. Según Pausanias (vi.25.1) la Pandemos fue representada en el mismo templo montando una cabra, símbolo del celo puramente carnal. Es una diosa por momentos vanidosa, infiel, iracunda y temible, una «femme fatale».

Sus decisiones caprichosas favorecen su origen oriental, frente a los griegos continentales, como en el episodio de la manzana de la discordia, siendo probable causante de la guerra de Troya. Está casada con el estéril Hefesto (Vulcano) el fuego del herrero, pero es amante habitual de Ares (Marte), la guerra. En la gran guerra homérica ejerce la condición de defensora de los troyanos, además de ser madre del héroe local y romano Eneas, de su unión con el príncipe dardanio Anquises.

Es por lo tanto una deidad que los griegos trataron con especial respeto, de ahí su descendencia con Ares: Eros (el ‘deseo amoroso primordial’), Harmonía (el ‘acuerdo’, la Concordia romana), Anteros (el ‘amor vengativo’), los gemelos Deimos (‘dolor, pena’) y Fobos (‘pánico, terror, temor’), e Hímero (‘lujuria, deseo incontrolable’); y sus hijos con Dioniso: Himeneo (garante del matrimonio) y Príapo (la fertilidad fálica).

Se la relaciona numinosamente con las palomas y botánicamente con la rosa y el mirto. Es patrona de las heteras y era adorada en los rituales de fertilidad de las fiestas Afrodisias en donde fomentaba la prostitución de sus siervas sagradas o hieródulas, seguida de su propio séquito mitológico: Eunomía (la ‘buena ley’, la Disciplina romana), Harmonía, Chryse;  las tres Cárites o Gracias: Aglaya (‘Belleza’), Eufrósine (‘Júbilo’) y Talia (‘Floreciente’); y los alados Erotes o Cupidos: Eros, Anteros, Hímero, Himeneo, Pothos (‘anhelo nostálgico amoroso’), Peito (la ‘seducción’), Hedílogos (la ‘adulación’), Hermafrodito (el doble sexo en uno),…

Forma: el desnudo de una diosa

El desnudo representa la conquista de una inhibición que oprime a todos los pueblos, salvo a los más atrasados; para nuestra tradición judeocristiana una negación del pecado original. Para la filosofía de los griegos expresa sobre todo su sentido de la integridad humana, para ellos nada humano podía eludirse ya que el espíritu y el cuerpo son uno. El idealismo y la fe en las proporciones mensurables, el kanon, y en la imitación, la mymesis, los ha llevado a conquistar para la Historia del Arte la concepción del cuerpo naturalista desnudo. Para los griegos, al igual que en un edificio, el desnudo representa el equilibrio entre un esquema ideal y las necesidades funcionales. (Clark, K.).

La historia de Afrodita coincide perfectamente con la historia del desnudo femenino y muy particularmente en su evolución escultórica es donde fragua la iconografía que nos ha llegado a través de toda la historia, especialmente desde el Renacimiento .

«Venus Anadyomena» del veneciano Antonio Lombardo (1458-1516).

No existe ninguna escultura griega de desnudo femenino que date de antes del s.VI y es muy rara incluso en el s.V, ya que la concepción de Afrodita como mujer desnuda es oriental y desde allí se expandirá al occidente egeo. Existen pequeñas excepciones como el mango de espejo con la figura de la diosa (en Munich), de aspecto egipcio; y en algunos dibujos en vasos cerámicos, como en una ánfora naxia de estilo orientalizante, cubierta con velo y con cinta, en la que acompaña a Ares, subidos a un carruaje de caballos alados, en una epifanía de deidades, popular motivo isleño. (BoaEGVP fig.249).

La tradición arcaica griega de la representación artística femenina nos deja las korai, mujeres siempre vestidas, lo que se relaciona con la descripción del mito: en el primer encuentro con Zeus y el resto de Olímpicos ya había sido vestida y ataviada por las Horas (las Estaciones, el orden climatológico).

Las primeras representaciones de mujeres desnudas nos lleguan a través de figuras femeninas humanas, no de la diosa, como los relieves de los frisos del templo de Apolo Epicurio en Bassai (Arcadia), donde a una joven le arrancan el vestido y queda desnuda, en las que buscando un pretexto de la acción se pueden transgredir convenciones  morales imperantes.

Trono Ludovisi

La primera referencia escultórica a Afrodita está en la representación de su nacimiento en el pedestal del Zeus de Olimpia (Pausanias) de Fidias. El mismo motivo que reproduce el conservado relieve del Trono Ludovisi, en el que ya se aprecian en la diosa el tratamiento sugerente de los vestidos húmedos y vaporosos del Pintor de Meidías e imitadores. Es justo aquí dónde surgen los paralelismos con la historia del desnudo: la acompaña una hetaira que toca la flauta y es uno de los primeros desnudos en escultura griega a gran escala.

«Trono Ludovisi»

Nióbide Jardines de Salustio

También influyente habrá sido la Nióbide de los Horti Sallustiani (Jardines de Salustio) hacia el 440, primer desnudo femenino en bulto redondo del arte clásico; justificado por la acción del intento de sacarse la flecha el peplo se desata mostrándose todo su pecho y vientre, aunque todavía la figura está dotada de una excesiva fortaleza varonil. Esto demuestra una vez más que únicamente a través del pretexto de una acción atribuída a la diosa del Amor y la Belleza se podría llegar a culminar el concepto de femeneidad ideal que estaba reservado al terreno de lo divino y vetado para el mundano.

Nióbide de los Jardines de Salustio

ANÁLISIS DE OBRAS

Escultura de Afrodita Venus griega y romana

ARTE PRE CLÁSICO (550-450) Afrodita

Escultura pre-clásica Afrodita Venus

La Afrodita de Kalamis

La primera referencia importante que encontramos al iniciar el arte clásico es la Afrodita Sosandra del ateniense Kálamis, llamada Sosandra (‘salvadora de hombres’) por los antiguos, sita en la Acrópolis según Luciano de Samósata (125-181) y Pausanias y probablemente la dedicada por Calias. Tenía la cabeza cubierta con velo al estilo de la Hestia Giustiniani de Villa Albani (B.F.) del 470, más semejante a Hera o Deméter por sus aspecto de «madre de dioses» (BF), la cual viste peplo dórico y posee un ancho «apotygma», sosteniendo el cetro, rígida y severa; o de la estatua de diosa de Amelung, Aspasia, la mujer de Pericles, del segundo cuarto del S.V, que no es la Sosandra sino Europa (RoAG), en donde se aprecian influencias en la finura del rostro. Cualquiera de los dos modelos se encuentra totalmente cubierta de pies a cabeza conformando un bloque asentado de aspiración arquitectónica dórica. Tambien existe una referencia literaria de una Afrodita del grupo de «las Tres Gracias», de Sócrates de Tebas hacia 470 a.C., sin apenas detalles y sin repercusión para estudio.

«Aspasia de Amelung»

ARTE CLÁSICO PLENO Y ESTILO RICO (450-380) Afrodita

Clasicismo escultura Aphrodita Venus

La Afrodita de Policleto

La época clásica supone la conquista de la belleza armónica del cuerpo con la adopción de nuevos conceptos introducidos por Policleto y Fidias: kanon, eurhytmia , contrapposto,…

Tendrá gran influencia posterior, debido a su situación privilegiada en el gran templo ateniense la Afrodita del grupo de diosas del frontón oriental del Partenón (las Parcas), de Fidias o de su escuela, reclinada en el regazo de Artemis (BF) o Temis (Rob.), la cual supone el triunfo en la Grecia continental de la tradición jónica de la técnica escultórica de los «paños mojados», donde el juego de los pliegues, curvas, ángulo y zigzags modela la figura del cuerpo, vestida pero sugerida. La maestría técnica adquiere mayor significancia al saber que fueron talladas en un solo bloque. La posición que adopta la diosa es relajada, en una composición en la que las formas gravitan hacia un centro común.

La Afrodita de Fidias

La Afrodita Urania de Fidias, en la parte baja de Atenas, de hacia el 430, podría recomponerse a través de la versión tardía con torso del Museo de Berlín (y cabeza del de Francfort). Esta estatua crisoelefantina (de oro y marfil), que la representaba saliendo del mar, «Anadyomena», con un pie encima de una tortuga, fue vestida con una túnica fina adherida, como mojada y un manto que cruza los muslos. Resaltar la entidad que cobran las piernas cruzadas, con una rodilla cubriendo la otra, como atributo diferenciador de la diosa frente a otras divinidades femeninas que Fidias, calificado como «escultor de dioses», creó dejándose inspirar por la tradición y el respeto al culto religioso.

«Afrodita Urania» de Fidias.

La Afrodita de Alkamenes

Otra referencia literaria (Luciano Sam.) describe a la «Afrodita de los Jardines» (en kí̱pois) de Alkamenes, que ejerció en Atenas hacia 430-403, que podría encajar con la cabeza Safo de Herculano (Rob) e incluso con un cuerpo de Afrodita u Olimpia (Museo Torlonia Roma) que se escurre sentada e indiferente al estilo del grupo del Partenón, posición recostada que no le era ajena (BoaEC), en la que tenía una mano apoyada en el respaldo de la silla, donde debajo había un perro que podía sostener el mármol. Este patrón fue usado con posterioridad como tipo de matrona romana. El busto conservado tiene el pelo sujeto por banda como

Fidias y el retrato, con la nariz recta, transmite el ethos propio de una diosa clásica.

«Afrodita de los Jardines» de Alkamenes.

La Afrodita de Agorákritos

Existen referencias de Plinio (XXXXIV, 17) a una Afrodita que Agorákritos de Paros mandó a concursar a Atenas, donde venció Alkamenes. Su fracasada estatua se pudo convertir en la llamada Némesis de Ramnunte (Ática) (BoaEC), de la que conocemos la copia del original hacia 420 sin cabeza de Copenhague, o en la Afrodita del Ágora de Atenas (PolAyE) en la que se advierte el erotismo que adquiere el tratamiento del pecho.

«Némesis de Ramnunte». Copenhague.

De estas primeras versiones en las que la diosa todavía oculta su cuerpo con ropajes llegamos hasta el supuesto original en bronce de Kallímachos, la Afrodita «Venus Genetrix«, hacia el 420, no de Fréjus (Provenza) sino del sur de Italia, en la zona de Nápoles (RobAG) (Museos de Louvre, Nápoles, Colección Ducal de Alba-Madrid). Se creyó una copia de la de Alkamenes y fue considerada, después de la de Praxiteles, la más admirada. Creada en un estilo rico post-fidíaco, Vitrubio señala en ella la «elegancia y refinamiento» de este gran manierista, calificado como Katatexitchnos (el que perjudica con el detalle exquisito) por sus contemporáneos.

«Venus Genetrix». Museo de Louvre.

Supone el primer atisbo de destape de una diosa, lo que indica una aceptación del deseo físico hacia la mujer deificada como parte del comportamiento religioso. La sugerencia de los paños mojados y la ausencia del cinturón acentúan la continuidad sensual de la fina túnica, pero el artista va más allá y la representa con un pecho al desnudo, seguramente influenciado por las esculturas del concurso de las amazonas en sus conquistas espaciales y, sobre todo, en la diagonal que forma el vestido par dar forma a los atributos de su pecho descubierto. La composición la presenta con el himation enrollado sobre el brazo derecho mientras sostiene en la mano la manzana de la discordia.

Otras Afroditas Siglo V a.C.

De finales del siglo V existen referencias a diferentes estatuas en las que se la representa en diferentes posturas, sin llegar a suponer éstas avances significativos en cuanto a su calidad o importancia como género iconográfico. Menciono las siguientes:

_ Afrodita del Ágora de Atenas, hacia el 420, de difícil atribución, con un característico vestido transparente en remolino.

_ Afrodita de Dafne o apoyada. Copia de un original hacia 420, apoyada en un pilar. El cruce de la pierna izquierda por delante es demasiado aventurado para su condición de escultura exenta femenina. Se la relacionó con Dafne.

_ Afrodita de Esmirna (Berlin), una copia helenística neoclásica de un original hacia 410, apoyando el pie en la tortuga al estilo de la Urania de Fidias, al igual que en su físico y ropas.

_ del tipo asociado como Afrodita Doria, la Afrodita Valentini (Roma, P.d.Provincie), copia hacia 420-410, aunque podría ser Ariadna (BoaEG) con una cabeza ajena.

_ La Afrodita armada, copia de un original hacia 400, con un thalí cruzado por encima del chitón e himatión colgado del hombro izquierdo. Presenta la novedad de situar un brazo por detrás del cuerpo mientras en el otro la mano habría sostenido una espada.

El avance del desnudo femenino y la búsqueda de su belleza específica en el tránsito del S.V al S.IV podría estar en dos esculturas sin atribución (RobAG): una estatuílla de bronce de Berea (Macedonia) con turbante y, fundamentalmente, en la copia romana de un torso de mármol conservado en Nápoles. Estas dos estatuas aportan la desnudez total a la figura femenina a finales del siglo V, además de incorporar al contrapposto de Policleto el diseño la acentuación del arco de la cadera («déhanchement«).

ARTE SIGLO IV (380-323) Venus Afrodita

Escultura clásica tardía Aphrodita Venus

La Afrodita de Praxiteles

Praxiteles será el conquistador para el arte escultórico griego de la belleza en el desnudo de la mujer y lo será gracias a sus estatuas de esta diosa, para ello busca crear un nuevo tipo de estatua en esencia femenina.

La Afrodita de Arles, atribuída a Praxiteles, fue construída para los tespianos. Influída por Cefisodoto (Kephisodotos) el Viejo, en la cabeza y en la composición, de su Ploutos e Eirene, en la que gira su cabeza mirando a lo que llevaba en su brazo izquierdo, tal vez un pequeño Eros desaparecido.

«Afrodita de Arles» de Praxiteles.

Su importancia radica en la novedad de que presenta todo su torso completamente desnudo. También influyente es el hecho de dar solución a la relación que establece la escultura con la arquitectónica, formando una base sólida desde los pies, cubriendo sus piernas con ropajes envueltos en la cintura que caen en una “columna” de pliegues y dejando libre el torso para que los brazos puedan moverse equilibradamente, prescindiendo de cualquier soporte adicional.

El culmen de la obra praxiteliana será la Afrodita Cnidia, entre 364-361 según Plinio, original en mármol de Paros, de su templo en Knidos y considerada por los antiguos la estatua femenina más bella. Varios autores coinciden en las decepcionantes copias que nos han llegado, hasta cuarenta y nueve, salvando la cabeza (Boa). A pesar de ello conserva el ethos en la majestuosidad en la mirada y el porte de una diosa.

«Afrodita de Cnidos» de Praxiteles.

Además de la sinuosa «curva en S» de la espalda y el acentuamiento del arco de la cadera, el diseño aporta la novedad de resolver el problema de la articulación de las extremidades inferiores con respecto al punto de apoyo en el suelo, creando un estrechamiento a la altura de las rodillas cruzadas y que se abre ligeramente hasta el límite de las caderas. La sitúa con la cabeza girada ligeramente y la vista fijada en la distancia. Aunque el contrapposto del cuerpo necesita un soporte, está sujeta pero no apoyada en él, en la hydria, ya que en realidad está levantando sus ropas.

Praxiteles consigue aquí personificar el deseo físico en una representación divina. Es la primera diosa vista desde la desnudez total, mostrando el cuerpo deseado del Amor, la experiencia sensual a través de un pretexto, el del baño, para desvestirla, el cual sea tal vez otra influencia fenicia de la diosa de la navegación. Aparenta sorprendida en su arriesgada acción del baño por un intruso al que respondía «con una mirada orgullosa de satisfacción y una leve sonrisa esbozada» (LUCIANO Am,13) en los labios. El rhytmos del gesto leve de su mano cerca de sus atributos sexuales no acaba de definir si trata de ocultarlos o de señalarlos con los dedos vueltos hacia ellos, aunque la indefinición de su provocación no afecta a su empática charis, que conserva el ethos de una divinidad. Su atrevimiento hizo que fuese rechazada en Kos por una versión vestida, para acabar en el promontorio de Knido, en un templo circular o un patio cerrado, situada para que se pudiese ver desde cualquier ángulo.

La Afrodita de Skopas

De Skopas de Paros se conservan referencias literarias que elogian sus modelos escultóricos de la diosa. Especialmente una Afrodita que algunos creían superior en belleza a la Cnidia, de la cúal podríamos hacernos una imagen en la copia del torso de mármol en Napoles (M.R.) antes aludido.

Mencionar la importancia de otra Afrodita, que acompañaba en un grupo a Pothos, el Deseo, para dos encargos: uno para Samotracia y otro en Mégara, de la que no se conocen copias. Skopas fue el gran introductor del sentimiento de pathos en la escultura y es posible que su tratamiento de la belleza de la diosa diese lugar al acercamiento a lo humano y a la expresión exagerada de sus representaciones venideras.

Afrodita de Lisipo

Lisipo de Sición, el otro gran escultor del s.IV, creó la «Afrodita de Capua» (en Nápoles), mas esbelta que la Cnidia. Es otro reflejo del pretexto de la acción para la composición , y añado, para desnudar su belleza: se expande su vanidad interior en la dimensión del reflejo del escudo de su amante Ares. Su diseño adquiere su mejor vista desde el perfil, donde los brazos se elevan suspendidos sugiriendo un movimiento potencial que traspasa el espacio del bloque, y aquí radica la importancia de la aportación de Lisipo. La posterior Venus de Milo podría considerarse una versión libre y la del Prado en Madrid una adaptación más pudorosa.

«Afrodita de Capua» de Lisipo.

Además de estos modelos existen copias de otros tipos como el tipo Euploia, de alrededor de 340, una copia en Liverpool, sólo desnuda de cintura para arriba, con sus atributos marineros ; o la cabeza de Bartlett de alrededor del 330 (Boston) que nos acerca a la concepción del retrato en el tránsito del último período clásico al período helenístico.

ARTE ÉPOCA HELENÍSTICA (323-31 a.C.) Afrodita

Escultura helenista Aphrodita Venus

Es en la primera época helenística (323-250) cuando verdaderamente se consolidan valores y conceptos estéticos transgresores y atrevidos con el pasado, que harán aflorar las representaciones de esta diosa en la escultura exenta. La admiración por la creación praxiteliana dará lugar a varias adaptaciones de la Cnidia, siendo la más representativa el tipo conocido como «Afrodita Púdica», del último tercio del S.IV, de autor desconocido y que conocemos en varias copias :

Venus Capitolina

-La Venus Capitolina en Roma, por la semejanza entre ésta y la Médici, podría ser una copia romana de aquélla (RobAG). Las variaciones respecto a la Cnidia son importantes en su definición del concepto del pudor: el peso del cuerpo descansa ahora en la otra pierna, y de igual manera el brazo que se acerca al sexo parece esta vez llegar a cubrirlo . El brazo que antes agarraba la ropa ahora se dobla hacia el cuerpo por debajo de los pechos en un gesto inacabado poseído de rhythmos. Esta composición la hace más compacta y equilibrada, más eurhythmica pero también más cerrada desde el punto de vista de la dirección de su mirada al espectador.

«Venus Capitolina». Roma.

Venus de Médicis

-La Venus de Médicis (y del tipo del Metropolitan de NY), de la Tribuna de los Uffizi, presenta los mismos rasgos pero tiene un aspecto más refinado que la Capitolina, la cabeza más pequeña y el brazo derecho restaurado que, en un esfuerzo pudoroso, se dobla más para tapar los pechos. Esta escultura llegará a convertirse, por su estratégica localización, en el ideal inspirador de la belleza femenina renacentista y en esta postura la representa el Botticelli en su nacimiento de Venus.

«Venus de Médicis»

Cualquiera de las dos posee una expresión más ensoñadora y etérea que la Cnidia y presentan el rasgo del doble pudor (pechos y sexo) y el carácter humano más definido. Se aprecia que inspiración técnica y compositiva es praxiteliana aunque cada vez más delicada. Frente a la Cnidia, éstas adoptan una postura de pose, conscientes de su desnudez y de sí mismas, expresan una reacción emocional humana provocada por circunstancias ajenas, el pathos.

Venus del Delfín

Existen otras versiones de la Púdica que merecen ser mencionadas para hacerse una idea de la variedad: La Venus del Delfín del Prado; una estatua sin cabeza de Siracusa, que difiere en que la mano izquierda sujeta el extremo de uno de los paños e insinúa el desnudo; o el supuesto retrato de Afrodita en la cabeza procedente de Chíos del Museo de Boston, de fines del s.IV, presenta también influencias praxitelianas, como en el característico moño.

«Venus del Delfín» del Museo del Prado.

Afrodita Kallipygos

Las distintas variantes de la figura completamente desnuda de la diosa tienen una contrapartida en un tipo llamado «Afrodita Kallipygos» (‘bello trasero’), de fines del S.IV, en una copia en Nápoles, que gira la cabeza y exhibe sus bellas nalgas, mientras censura pecho y sexo, provocando al espectador. Puede que esta costumbre tenga su raíz en las competiciones que desde tiempos arcaicos realizaban las mujeres espartanas para demostrar quién tenía el trasero más bello.

Su pose girada hacia atrás, que acentúa la columna en espiral, denota el puro deseo físico de la posesión, si tenemos en cuenta que esa era la postura preferida en la Antigua Grecia para realizar el coito, tanto heterosexual como homosexual. La belleza reside aquí en su sexualidad y en el descaro con la que incita al observador, por encima de sus atributos fecundos está el propio erotismo y el placer.

«Afrodita Kallipygos»

Con el avance del período helenístico, la diosa empieza a ser representada en posturas cada vez más anecdóticas. Su figura aparece, por ejemplo, atándose una sandalia, escena influenciada por la Niké del relieve de la balaustrada del templo de Atenea Niké de la Acrópolis ; o como en la Venus Esquilina, que aparenta un pastiche de época neo-clasicista.

Afrodita arrodillada

La más importante a nivel iconográfico es el tipo “Afrodita en cuclillas o arrodillada”, de finales del S.III o comienzos del S.II a.C., identificada por Plinio con la «Venerem lavantem sese» hacia el 250, una atribución dudosa a Doidalsas de Britinia (RobAG), que nos ha llegado en muchas copias destacando la del Museo de las Termas y la Venus de Vienne (Louvre). Al parecer este motivo ya había sido desarrollado en el s.IV, tal vez por Skopas, y un ánfora del pintor de Kamiros así lo muestra. Estamos por primera vez ante una composición piramidal de la diosa con una visión multiperspectivista, en la cual semeja estar escurriéndose el agua del cabello, con la parte superior del cuerpo en ángulo recto con las piernas. Ahora sus volúmenes alcanzan formas más opulentas, tal vez por influencia asiática, y se practica un excesivo gusto por la superficialidad y la apariencia exterior. Este abandono helenístico de la sobriedad por lo anecdótico, del esquema por el detalle, del carácter por la expresió , deriva paulatina y tardíamente en la búsqueda de un entretenimiento del espectador y de la simple diversión.

Afrodita arrodillada.

Como ejemplo más característico sería el «grupo de Afrodita y Pan», de Delos, en el helenismo tardío, del Museo Nacional de Atenas, ella está defendiéndose de su hijo con la zapatilla, un symplegma sin excelsa narratividad, de corte humorístico y perspectiva bidimensional de grupo unilateral, para ver de frente (como el célebre Laoconte). La figura de la diosa ha sufrido el proceso de vulgarización de los temas mitológicos del último helenismo y su representación acabará por desaparecer entrada la época romana.

«Afrodita, Pan y Eros»

Hay que hacer una excepción, en esta evolución hacia la estética patética, de un par de ejemplares que surgen en época neoclasicista (150-31) en la que la escultura retoma viejos principios del arte clásico:

Un tipo que eleva las manos hacia la cabeza, olvidando el pudor y humanizándose, como la copia llamada Afrodita de Cirene (Termas, Roma) de la escuela helenística neoclasicisra de Alejandría. Su diseño compositivo podría anticipar compositivamente el grupo escultórico de Las Tres Gracias, abrazadas entre sí y contrastando simétricamente sus miradas en dos direcciones, como un reflejo de las coreografías de danza griegas.

«Afrodita de Cyrene»

La otra excepción es la Afrodita de Melos o Venus de Milo del Louvre, hacia el 100 , una obra ecléctica neoclasicista inspirada en el diseño en la de Capua, aunque con un enfoque multiperspectivista, llegará a sustituir, después de su descubrimiento en 1820, el ideal de belleza que ostentaba la Venus de Médicis.

Sus ropajes desde la basa le dan la robustez propia del S.V. Es una composición barroca de efecto clásico, en la que se vuelve al sistema proporcional de relaciones equidistantes entre las medida entre los pechos y la distancia de éstos al ombligo.

«Venus de Milo» del Museo del Louvre.

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BIBLIOGRAFÍA AFRODITA Y ABREVIATURAS BIBLIOGRÁFICAS:

Libros de arte de la antigua Grecia

-Blanco Freijeiro, A., Arte Griego. (Madrid, 1971); (BF)

-Boardman, J., Escultura griega. El período clásico. (Barcelona, 1999); (BoaC)

-Boardman, J., Escultura griega. El período clásico tardío. (Barcelona, 2001); (BoaCT)

-Boardman, J., Athenian red figures vase painting. (London, 1998); (BoaRF)

-Clark, K., El desnudo. (Madrid, 1981); (KC)

-Pollit, J. J., Arte y experiencia en la Grecia clásica. (Madrid, 1980); (PolAyE)

-Robertson, M., El arte griego. (Madrid, 2010); (RobAG)

Libros sobre mitología de la antigua Grecia

-Grimal, P., Diccionario de mitología griega y romana. (Barcelona, 1982); (GriDic)

-Pollit, J. J., The Ancient View of Greek Art. Criticism, History and Terminology.(New Haven y London, 1974);(Pol)

Artículos y medios sobre arte de la antigua Grecia

Pablo López Outón

Santiago de Compostela, Enero de 2011

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